A veces el tiempo es poco pero nuestras ganas de viajar no, por lo que puedes realizar un viaje exprés de un día cualquier fin de semana a algún destino que no conozcas. Una buena opción es Oaxaca, una de las ciudades con más atractivos de México.
Antes de visitar Oaxaca, ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad y a 470 km. de la capital del país, organiza bien tu itinerario para disfrutar de la mejor manera tu experiencia.
Para abrir el apetito en el Centro Histórico de Oaxaca
Para llegar temprano a Oaxaca debes salir de la Ciudad de México alrededor de la medianoche. Lo puedes hacer en tu propio automóvil o si deseas descansar puedes tomar una corrida de autobús que parte de la Central de Autobuses del Oriente conocida como TAPO. Si tienes la posibilidad también hay vuelos que hacen dos horas a esta joya de México.
Lo primero que debes hacer en Oaxaca es desayunar y sus mercados son ideales para eso. El más popular es el Mercado Juárez en el que podrás comer las tradicionales tlayudas o un exquisito mole, los cuales podrás acompañar con un tejate, una bebida preparada a base de maíz y cacao.
Además hay una sección en la que podrás comprar tasajo, un corte de carne tradicional. Si llegas temprano puedes elegir la carne que comerás y ahí mismo te la preparan en unos enormes asadores. Completa todo con un tradicional chorizo oaxaqueño.
Si no deseas comer tan fuerte en un inicio, siempre está la opción de los tamales, los cuales son envueltos en hoja de plátano y rellenos de mole y carne de cerdo o pollo. También existen opciones vegetarianas como una sopa de hongos. No olvides probar los chapulines.
Recorriendo el pasado de México
Como en toda ciudad virreinal, el recorrido debe empezar en el Zócalo de Oaxaca donde encontraremos la Catedral Metropolitana y el Palacio de Gobierno, el cual resguarda los murales de Arturo García Bustos que narran la historia del estado.
A pocos pasos nos encontraremos varias iglesias:
- Iglesia de San Juan de Dios.
- El Templo de San Felipe Neri.
- Iglesia de la Compañía.
- Iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo.
- Iglesia de la Compañía de Jesús.
Sin embargo, en Oaxaca el lugar que deslumbra con sólo atravesar la puerta es la Iglesia de Santo Domingo, una de las más espléndidas del continente, al contar con recubrimientos de oro, pinturas y relieves hasta el último rincón de sus paredes y su bóveda.
El pulmón verde de Oaxaca
Otro punto que no debes de omitir en tu viaje a esta joya de México es el Jardín Etnobotánico, ubicado alrededor del Museo de las Culturas de Oaxaca, el cual alberga los tesoros encontrados en la Tumba 7 de Monte Albán.
El jardín cuenta con más de 8 mil ejemplares que representan la biodiversidad de Oaxaca y entre los que destacan una biznaga de 7 mil kg y 1.000 años de antigüedad. Ya en el lugar, te recomendamos visitar el museo y deleitarte con su colección de arte prehispánico.
Otros museos que puedes visitar son:
- Museo Rufino Tamayo
- Museo Casa Juárez
- Museo Nochezticalli
No olvides traer a Oaxaca contigo
Antes de que emprendas el regreso debes de darte una vuelta por el Mercado 20 de Noviembre y traer contigo pan de cazuela, mezcal y chapulines, alimentos tradicionales de Oaxaca que no te puedes perder.
Si lo tuyo son las artesanías, puedes adquirir con los comerciantes locales amates, figuras de barro negro, alfarería, prendas tejidas y bordadas, así como arte tallado en madera.
Si el tiempo no te fue suficiente programa un nuevo viaje a Oaxaca, una de las ciudades de mayor encanto de todo México.
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