Los trenes han jugado un papel importante en la historia de México y este medio de transporte tiene un segundo aire. Para rendir un homenaje a la historia del ferrocarril, el Museo Infantil de Oaxaca (MIO) y la Red Nacional de Espacios Culturales y Museos Ferrocarrileros llevarán a cabo una serie de actividades que no puedes perderte.
Vive la historia del ferrocarril en el Museo Infantil de Oaxaca
Los trenes han sido y serán una parte vital del desarrollo del país y este mes, el Museo Infantil de Oaxaca rinde un homenaje a una historia de más de 100 años.
El tren ha sido fundamental para la historia y el desarrollo de Oaxaca y todo México.
Te contamos más detalles de estas actividades, las cuales incluyen conferencias, presentaciones de libros, exposiciones y otras más, las cuales se llevarán a cabo en la sede del museo, el cual está instalado en la vieja estación de trenes de la capital oaxaqueña.
La gran historia del tren en México
La historia ferrocarrilera en México comenzó en 1837 cuando el presidente Anastasio Bustamante le otorgó al exministro de Hacienda Francisco Arriaga la construcción de la primera línea ferroviaria, la cual pretendía enlazar el puerto de Veracruz a la capital de México.
A partir de ese momento, los trenes tuvieron un papel trascendente en la historia del país, comunicando puntos que antes era imposible, trasladando mercancías, y en su momento a las tropas de las distintas facciones durante la Revolución Mexicana.
Al terminar la Revolución Mexicana, la infraestructura ferroviaria construida en el siglo antepasado y principios del siglo XX quedó en tal mal estado que no servía para mucho, por ende, se tuvo que iniciar el periodo posrevolucionario con la rehabilitación de la infraestructura, pues el ferrocarril era el único medio disponible para transportar grandes cantidades largas distancias.
Sin embargo, en 1926 el presidente Plutarco Elías Calles entregó los bienes ferroviarios a quienes presentaron los títulos de propiedad idóneos.
Ya con Lázaro Cárdenas como presidente, decretó la expropiación de sus bienes y la mayoría de las líneas que hasta entonces quedaron independientes o semi-independientes.
Con ello, pasaron a manos de los trabajadores bajo la supervisión de un departamento de estado que se encargó de su administración.
Entre 1937 y 1980 con el ferrocarril en manos gubernamentales, se efectuaron diversas obras incrementando la longitud y la capacidad de carga del sistema y, se fue consolidando como proveedor de la industria paraestatal, la cual, gracias a los fuertes ingresos petroleros del país, fue creciendo en la década de 1960.
De forma lamentable, en la década de 1990 llegó la privatización de nuevo y con ello la decadencia del servicio de pasajeros y la minimización del transporte de carga.
Esto afectó en gran medida las operaciones y el tren parecía estar condenado al olvido. Sin embargo, en el sexenio saliente se impulsaron grandes proyectos como el Tren Maya o el Tren Interoceánico, así como el ferrocarril entre la Ciudad de México y Toluca.
En la actualidad se inició la construcción de un nuevo derrotero que unirá la capital mexicana con las ciudades de Querétaro y Guadalajara, desde donde se plantean nuevas rutas a ciudades como Nuevo Laredo, en Tamaulipas, y Nogales, en Sonora.
Un merecido homenaje al tren
Con el apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, el MIO efectuará los días 22 y 23 de noviembre el Encuentro Nacional de Espacios Culturales y Museos Ferrocarrileros, bajo el nombre “El Ferrocarril y su Comunidad”.
Durante dichas fechas, los asistentes podrán asistir, de forma totalmente gratuita a conferencias, foros de participación, presentaciones de trenes a escala, así como la presentación editorial de la revista “Tendiendo Vías”.
En el evento también se darán a conocer los relatos de usuarios del tren, quienes a través de sus anécdotas recordarán la importancia de este medio de transporte.
Un ejemplo de ello es el texto "Una bestia inteligente o un gigante sensible", en el que la autora narra su viaje de Salina Cruz, en la región del istmo, a Ixtepec en el Tren Istmeño.
El encuentro toma también relevancia al contar con ponentes provenientes de diversos sitios del país como Puebla, Oaxaca y Ciudad de México, así como la presencia de Brasil.
Así es el Museo Infantil de Oaxaca
El Museo Infantil de Oaxaca está ubicado en la Antigua Estación del Ferrocarril, la cual se transformó en un Centro Cultural por iniciativa del Gobierno de Oaxaca y la Fundación Alfredo Harp Helú.
Este lugar pretende difundir la vida, obra y logros de figuras prominentes de la cultura oaxaqueña, con el objetivo de conservar toda expresión generada por las personas y la naturaleza, así como fomentar la lectura.
Situado en el Barrio del Ex-Marquesado, el museo abre sus puertas de martes a domingo de 11h a 18:30h. La entrada y las actividades son completamente gratuitas.
La dirección es Calzada Francisco I. Madero 5111, un hermoso espacio que conserva vestigios de lo que fue en su momento de gloria la casa del Oaxaqueño, el tren que recorría el Valle de Tehuacán hasta CDMX.
El edificio, acorde al tamaño de la ciudad en esa época, era modesto y con una sutil influencia de la arquitectura victoriana, que se ha ido transformando con el tiempo.
Los muros se erigieron con sillares de cantera verde almohadillados, combinados con cantera rosada para marcos y cornisas, siguiendo el estilo de aquel tiempo.
Un amplio techo de tejas facilitaba la ventilación por encima de los muros en el interior y, por fuera, proporcionaba sombra sobre el andén.
Hoy en día, el museo cuenta con una variedad de espacios interactivos y educativos, tales como:
- La Sala del Ferrocarril
- La BS Ferrocarril para la promoción de la lectura
- El Bosque Encantado para juegos al aire libre
- Vagones que funcionan como salas de exhibición y talleres temporales
- Auditorio
Otras noticias que pueden interesarte
Conoce las increíbles playas de Oaxaca a las que puedes llegar en tren por solo 458 pesos