El Centro Histórico de Ciudad de México es el corazón del país, en el cual se mezclan el pasado prehispánico con la etapa colonial y la modernidad de sus edificaciones, lo que lo hace perfecto para hacer un recorrido a pie y conocer cada uno de sus rincones.
El Centro Histórico de CDMX esta lleno de lugares por descubrir.
En el Centro de CDMX se encuentra el Templo Mayor que fue el corazón de la Gran Tenochtitlán.
La Alameda Central y el Palacio de Bellas Artes te esperan a un costado de Paseo de la Reforma.
El Palacio Postal es de los edificios más hermosos de CDMX.
El Palacio de Minería en CDMX es resguardado por la UNAM.
Descubre los secretos de la Catedral Metropolitana en CDMX.
Durante este puente arma tu itinerario y visita algunos de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México.
1. El Templo Mayor y su pasado prehispánico
A pasos del Zócalo de la Ciudad de México y de la Catedral Metropolitana se encuentra el Templo Mayor, el mayor centro ceremonial de la Gran Tenochtitlán, la capital del imperio mexica.
De acuerdo con algunos relatos, el Templo Mayor se construyó en el sitio donde los peregrinos de Aztlán encontraron a un águila devorando a una serpiente mientras esta posaba en un nopal.
Este primer basamento dedicado al dios Huitzilopochtli marcó el principio de lo que con el tiempo sería uno de los edificios ceremoniales más famosos de su época, que tuvo siete ampliaciones hasta su destrucción en manos de los españoles en el siglo XVI.
El recinto del Templo Mayor albergaba no solo el templo doble dedicado a Tláloc y Huitzilopochtli, que puede admirarse hoy. También estaban ahí:
- La Casa de los Guerreros Águila.
- El Templo de Ehécatl.
- El Tzompantli.
- El Juego de Pelota.
- El Calmecac.
Una de las piezas más admiradas en esta zona es el relieve de la diosa Coyolxauhqui, localizada al píe de la escalinata que conducía al adoratorio dedicado a Huitzilopochtli y que fue el primer vestigio descubierto de esta zona arqueológica el 21 de febrero de 1978.
El sitio cuenta con un museo que alberga los hallazgos realizados a lo largo de los años y que narran el pasado de la ciudad más importante de Mesoamérica. El horario de visita es de martes a domingo de 9 a 17 horas.
2. El bello Palacio de Bellas Artes
El impresionante Palacio de Bellas Artes es una joya arquitectónica que fusiona estilos como el art decó y el neoclásico. La estructura monumental es un lienzo en sí mismo, reflejando la importancia del arte en la identidad de México.
El Palacio de Bellas Artes comenzó a construirse en 1904 por pedido del entonces presidente Porfirio Díaz, y se concluyó en su totalidad el 29 de septiembre de 1960.
Sin embargo, su inauguración oficial se efectuó el 29 de septiembre de 1934. Dos meses después se inauguró el Museo de Artes Plásticas en el mismo recinto.
Su colección permanente alberga una rica variedad de obras de destacados artistas mexicanos, abarcando desde el periodo colonial hasta el siglo XX. Pinturas, esculturas y artes decorativas se exhiben en un espacio que celebra la diversidad de estilos y movimientos artísticos. Además, el museo presenta exposiciones temporales que mantienen la oferta cultural siempre fresca y emocionante.
La ubicación del Palacio de Bellas Artes en el Centro Histórico de la Ciudad de México lo convierte en un destino estratégico para los turistas. La proximidad a otros puntos de interés, como el Zócalo y la Alameda Central, permite a los visitantes disfrutar de una experiencia integral en la zona.
3. El majestuoso Palacio Postal de Ciudad de México
En la esquina de las calles Eje Central y Tacuba se encuentra el Palacio Postal, una joya arquitectónica, con estilos plateresco e isabelino, construido por el italiano Adamo Boari y el mexicano Gonzalo Garita en 1902, e inaugurada en 1907 por órdenes del presidente Porfirio Díaz.
En un principio la finalidad de este edificio era que México contara con un espacio que pudiera cubrir las necesidades del servicio postal.
El edificio está plagado de obras de arte como gárgolas, ornamentos de mármol y trabajos de escayola. Las escalinatas están hechas con mármoles mexicanos y bronces elaborados en la Fondería Pignone de Florencia, Italia.
El reloj del edificio principal fue importado de Alemania y cuenta con mecanismos de poleas y sistemas hidráulicos y eléctricos.
Los pisos y las repisas de mármol se combinan con el trabajo de herrería. Además, en las salas de conferencias hay frescos de Bartolomé Gallotti sobre bases de oro de 24 quilates.
Este edificio del Centro Histórico de CDMX continúa funcionando como servicio postal y cuenta con un museo que muestra objetos y documentos históricos. En el segundo piso está la exposición permanente de Cultura Postal, que es la sala interactiva Introducción a la Filatelia. Cuenta con una biblioteca con 8 mil 500 volúmenes y 240 documentos históricos que datan de 1580 a 1900.
4. El estilo neoclásico americano del Palacio de Minería
En el número 5 de la calle Tacuba se encuentra el Palacio de Minería, una obra maestra del neoclasicismo en América construida de 1797 a 1813 por el escultor y arquitecto valenciano Manuel Tolsá, a fin de albergar al Real Seminario de Minería, a fin de formar académicos especialistas en la explotación de minas.
El Palacio de Minería es una de las construcciones más relevantes dentro de la arquitectura mexicana, y en la actualidad forma parte del patrimonio artístico y cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Este edificio muestra las líneas sobrias y la decoración rigurosa del estilo neoclásico, mientras que en su monumental fachada sobresale el pórtico formado por elegantes columnas que soportan el sobrio frontón triangular.
La escalera principal se encuentra en el centro del patio y da acceso a la segunda planta, con su doble columnata y la capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe. En esta capilla sobreviven pinturas de Rafael Ximeno y Planes.
En el vestíbulo de acceso se exhiben cuatro impresionantes meteoritos que han caído en territorio mexicano, algo que no puedes perderte.
5. La gran Catedral Metropolitana
La Catedral Metropolitana de la Ciudad de México está construida sobre un terreno de origen místico, pues fue la encrucijada de los cuatro puntos cardinales y la demarcación de los puntos de encuentro de los cuatro barrios originales de la antigua Tenochtitlán, cuyos vestigios yacen debajo del templo más importante del catolicismo en México junto con la Basílica de la Virgen de Guadalupe.
La Catedral, la primera que se construyó en América, cuenta con una estructura que contiene dos campanarios, un domo central y tres portales principales.
Sus cuatro fachadas presentan portales flanqueados por columnas y estatuas, además de constar con 5 naves formadas por 51 bóvedas, 74 arcos y 40 columnas.
El conquistador español Hernán Cortés fue quien encargó su construcción, y se dice que él puso la primera piedra de la estructura, la cual en su mayoría usó materiales reciclados de las pirámides que se destruyeron durante la conquista de México.
14 de las 16 capillas laterales de la catedral están abiertas al público. Cada una está dedicada a un santo, y cada una fue patrocinada por alguna de las órdenes religiosas que llegaron al país.
Dichas capillas contienen altares, altares ornamentados, pinturas, muebles y esculturas.
La Catedral Metropolitana resguarda también dos de los órganos más grandes del siglo XVIII en América.
Todo esto, y muchas cosas más, convierten a la Catedral en un punto imperdible para visitar en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
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