Las tiendas departamentales en el Centro de Ciudad de México son un elemento central del paisaje urbano. Con una rica historia que abarca décadas, estas tiendas han sido testigos de la evolución económica y social de la ciudad. Su arquitectura y su papel en la vida cotidiana de generaciones, las convierten en puntos de referencia culturales.
Ciudad de México: 3 edificios históricos con una arquitectura imperdible que deberías conocer
Las tiendas departamentales antiguas del Centro Histórico de CDMX, como Palacio de Hierro y Liverpool, son emblemáticas por su historia y arquitectura.
Su presencia no solo ofrece una amplia gama de productos y servicios, sino que también representa un legado de comercio y cultura que fusiona modernidad y tradición. Estos establecimientos ofrecen experiencias de compra únicas en entornos arquitectónicos que a menudo reflejan la historia y la identidad de la ciudad.
1. Palacio de Hierro, arquitectura e historia
En 1888 se fundó el Palacio de Hierro y fue en 1891 cuando abrió la primera tienda departamental en la calle 20 de Noviembre, en el Centro Histórico.
Diseñado por los arquitectos Ignacio y Eusebio de la Hidalga, este edificio se convirtió en el ícono principal utilizado en la publicidad de la compañía en los medios más prominentes de la época.
La reputación del Palacio de Hierro creció rápidamente como una tienda innovadora que ofrecía lo mejor en moda, perfumería, tapetes, artículos de viaje y cristalería.
Además, estableció talleres de producción de muebles para abastecer la tienda y atender proyectos de decoración interior según los deseos de los clientes.
Desafortunadamente, un incendio en abril de 1914 destruyó completamente el edificio original. No obstante, el 22 de octubre de 1921, se inauguró un nuevo y lujoso edificio diseñado por el francés Paul Dubois, que combinó elementos eclécticos como el art nouveau y el art decó, utilizando concreto armado para mayor seguridad.
El nuevo Palacio de Hierro continuó proyectando lujo y buen gusto, con sus patios centrales adornados con vitrales coloridos diseñados por Jacques Gruber.
Hoy en día, sigue siendo una tienda emblemática donde se pueden encontrar desde golosinas hasta prendas de diseñador.
2. Liverpool, elegancia y modernidad
Liverpool es una de las tiendas departamentales más emblemáticas y antiguas del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Se inauguró en 1936, en un inmueble realizado por el arquitecto Enrique de la Mora, que se tornó popular por ser la primera tienda departamental donde se instalaron las escaleras eléctricas.
Su historia se remonta a 1847, cuando Jean Baptiste Ebrard, un inmigrante francés, fundó la tienda bajo el nombre de El Puerto de Liverpool. En sus inicios, se dedicaba principalmente a la venta de telas finas y artículos de lujo importados de Europa.
Con el paso de los años, la tienda se consolidó como un referente de elegancia y buen gusto en la ciudad. En 1872, el establecimiento fue rebautizado como Liverpool, en honor a la ciudad inglesa que inspiró su estilo y oferta de productos.
Durante el Porfiriato, Liverpool experimentó un auge significativo, convirtiéndose en el lugar preferido de la alta sociedad mexicana para adquirir artículos exclusivos y de alta calidad.
El edificio original fue renovado y ampliado en varias ocasiones para dar cabida a la creciente demanda de sus clientes.
En la década de 1920, Liverpool se modernizó aún más, introduciendo nuevas líneas de productos y servicios para satisfacer las necesidades cambiantes de la sociedad. Se convirtió en una de las primeras tiendas en México en ofrecer servicios como entregas a domicilio y sistemas de crédito para sus clientes.
Durante el siglo XX, Liverpool continuó expandiéndose y consolidándose como una de las cadenas de tiendas más importantes del país.
En la actualidad, el Liverpool del Centro Histórico sigue siendo un ícono de elegancia y sofisticación. Ofrece una amplia gama de productos que van desde moda y accesorios hasta artículos para el hogar y tecnología, manteniendo viva su larga historia de excelencia y servicio al cliente.
3. El toque colonial de Sanborns de los Azulejos
La Casa de los Azulejos, también conocida como la Casa de los Condes del Valle de Orizaba, es un edificio ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Fue construida a finales del siglo XVI y se caracteriza por su fachada recubierta de azulejos de talavera, un estilo típico de la arquitectura colonial mexicana.
A lo largo de su historia, ha sido residencia de nobles, sede de instituciones financieras y en la actualidad una de las sucursales más populares de la cadena Sanborns.
En 1903, Walter y Frank Sanborn, dos hermanos estadounidenses, fundaron la primera tienda Sanborns en Ciudad de México. Originalmente fue una pequeña farmacia ubicada en la calle Venustiano Carranza.
En 1919, la tienda fue adquirida por Don José Sánchez Barquero, un empresario mexicano visionario que expandió el negocio y lo convirtió en un lugar emblemático de la ciudad.
La tienda se trasladó a su ubicación actual en la calle Francisco I. Madero en 1920, en este edificio que destaca por su fachada revestida de azulejos de talavera.
En 1947, el arquitecto Luis Barragán realizó una remodelación significativa, añadiendo elementos de diseño mexicano contemporáneo que le dieron al lugar su característico estilo colonial y art decó.
Fue entonces cuando el nombre Sanborns de los Azulejos comenzó a popularizarse, debido a la prominencia de los azulejos en su fachada y su interior.
A lo largo de los años, Sanborns de los Azulejos se ha convertido en mucho más que una simple tienda, pues ha sido testigo de importantes eventos históricos y culturales de la ciudad, y un sitio frecuentado por artistas y otras personalidades famosas.
Además de su oferta comercial, el lugar cuenta con un restaurante que ofrece comida mexicana tradicional en un ambiente único y encantador.
Hoy en día, este establecimiento es un punto de referencia en el Centro Histórico de la Ciudad de México que atrae a locales y turistas que buscan explorar su historia, arquitectura y ambiente que combina tradición y modernidad.
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