Cada vez es más común, en los aeropuertos de todo el mundo, las siluetas de los robots “limpiadores”, que recorren los pasillos de los aviones. Se trata, en realidad, de un sistema para limpiar un avión basado en luz ultravioleta (UV). En apenas seis segundos, cada superficie queda libre de virus y bacterias.
El tema resulta fundamental en los esfuerzos de la aviación comercial por garantizar que viajar en viajar en avión es seguro. En este sentido, la limpieza y desinfección del avión han tomado una importancia central.
¿Cómo actúa la luz ultravioleta en la limpieza de los aviones?
Para realizar la limpieza de los aviones, se utiliza la luz ultravioleta que consiste en una radiación electromagnética que emite partículas capaces de destruir el ARN (ácido ribonucleico) del virus y afectar también sus proteínas. Estos cambios fotoquímicos terminan por eliminar la capacidad reproductiva y de infectar de los virus y los deja inactivos.
Existen hoy tres tipos de dispositivos “limpiadores” con tecnología UV. El primero y más primitivo son las lámparas sencillas. El problema en este caso es que, con relación a los aviones, deben ser movilizados físicamente por todo el interior, para brindar sus resultados.
El otro dispositivo es una evolución, se los puede considerar como lámparas de luz UV montadas en carros, lo que facilita su desplazamiento.
Y el tercer y más moderno grupo es una nueva evolución: los robots, lámparas que se desplazan por sí mismas. Pero, además, operan de modo inteligente, irradiando cada área del avión el tiempo necesario.
Ventajas de la luz ultravioleta para la desinfección del avión.
Limpiar o realizar la desinfección del avión de este modo no es el único, pero posiblemente sea el más eficiente. No solo por su nivel de eficacia para acabar con los virus, sino también por su velocidad.
Adicionalmente, el sistema de luz ultravioleta no utiliza sustancias químicas que si bien pueden ser efectivas también contra los virus, también pueden representar otro operativo problema en sí mismo. Nos referimos a su manipulación y almacenamiento, implicando cierto riesgo para los viajeros, pero esencialmente para el personal de las aerolíneas.
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