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Por los senderos del vino

De norte a sur las bodegas argentinas proponen circuitos turísticos exclusivos pensados como una experiencia en torno al vino. Se trata de programas bien diversos que recorren los orígenes de la vitivinicultura en nuestro país, develan la trazabilidad de los vinos, proponen entretenidas formas de serpentear por los viñedos y demuestran cuán inseparable es su vínculo con la gastronomía, la salud y la relajación.

Degustar una copa de malbec –la cepa abanderada de los argentinos en el exterior- es una simple excusa para adentrarse en el mundo de la vitivinicultura. Un sector que abrió sus puertas al turismo porque anida tradiciones, culturas, paisajes e historias de cada terruño, que resultan fascinantes de conocer.
En tal sentido, nuestras bodegas boutique dedicadas a la elaboración de vinos de alta gama ofrecen además servicios personalizados que incluyen almuerzos, visitas guiadas en inglés y español, degustaciones, programas de spa, deportes y gastronomía.

La tierra del malbec.
Luján de Cuyo es una prestigiosa zona vitivinícola mendocina, cuna del malbec, emplazada entre los 750 y 1.100 msnm. Entre sus bodegas se encuentra Belasco de Baquedano. Un establecimiento que invita a recorrer sus instalaciones, con sus 70 ha. de malbec plantadas en 1919, y a disfrutar de un menú de cinco pasos, acompañado por los vinos de la casa.
Hacienda del Plata fue fundada en el siglo XVIII. Conocida entonces como la estancia San Ignacio de la familia González, a la que le tomó generaciones poder cultivar la tierra desértica que rodeaba la hacienda. Acercarse a ella implica un paseo informativo a través de sus viñedos y saborear los caldos de los propios tanques y barricas.
El emprendimiento Domaine St. Diego se caracteriza por no importar sus vinos, solo allí se puede adquirir su pequeña producción cuidada celosamente. Al caminar por sus jardines se atraviesan los viñedos y los olivos de 100 años hasta llegar a las terrazas cultivadas y observar desde ahí el paisaje.

El imponente paisaje andino.
A poco más de una hora y media de la ciudad de Mendoza se encuentra el valle de Uco. Sus encantos vínicos, gastronómicos y paisajísticos hacen que el viaje valga la pena. Este valle relativamente nuevo en cuanto a la producción de sus vinos, cuenta con plantaciones de viñedos, nogales y otros árboles frutales. Salentein, cuya casona es una obra maestra de la arquitectura, fue la primera bodega en producir pinot noir de altura. Cuenta además con una capilla y la galería de arte “Killka”, que atesora obras de artistas contemporáneos locales y una colección de pintura holandesa de los siglos XIX y XX.
Fundada en 1890, Finca La Celia tiene una exclusiva producción de vinos kosher que se degustan en las guiadas. Mientras que la bodega O. Fournier cuenta con una vista magnífica de las altas cumbres de la cordillera de los Andes. La visita se desarrolla en su cava y sus tanques cónicos de fermentación, que develan la elaboración de vinos a través del sistema gravitacional. El almuerzo es al estilo español, como sus dueños, e incluye cinco pasos con lo mejor de sus vinos, entre los que se encuentra el Corte A Crux.

La influencia migratoria.
Maipú es el departamento de Mendoza donde se establecieron la mayoría de los inmigrantes a finales del siglo XIX. La influencia de la comunidad italiana se pone de manifiesto en sus plantaciones de olivos y viñedos.
Aquí se emplaza Tempus Alba, una bodega atractiva y moderna. En su laboratorio in-vitro clones de sus mejores vides son cuidadosamente desarrollados en un proceso tan natural como milenario. La visita informativa sobre su trabajo se complementa muy bien con un almuerzo en Almacén del Sur. Una quinta rodeada de olivos, rosales y plantaciones de árboles frutales, vegetales y hierbas, incluidas en sus platos.

A través de los viñedos.
Una de las opciones que ofrece Mendoza es avistar la región en avioneta. Un recorrido que incluye la precordillera mendocina y el dique Potrerillos, con vista de la cadena montañosa del nevado Cordón del Plata. Este vuelo es una excelente introducción para conocer “desde arriba” las zonas vitivinícolas y el extenso sistema de irrigación. El vuelo concluye con una panorámica de la ciudad capital y aterriza en el distrito de Chacras de Coria. Allí se erige la bodega Carlos Pulenta; elegante y moderna, invita a disfrutar un almuerzo gourmet en La Bourgogne acompañado de una copa de vino Corte B.
Por su parte, Familia Zuccardi también presenta opciones desde la altura. En las guiadas, además de develar su minucioso trabajo de micro vinificación, se propone un sobrevuelo en globo sobre las parcelas para degustar vinos espumantes a 60 m. de altura. Una vez en tierra, se da inicio al almuerzo: un asado al mejor estilo argentino.
En el caso de Nieto Senetiner, en Luján de Cuyo, una vez que se arriba a este establecimiento, mientras los guías reciben a los visitantes los gauchos preparan los caballos para la travesía. Así se da inicio a una cabalgata a través de los parrales y espalderos de la viña hasta ascender al cerro Melón y apreciar la vista al valle de Vistalba. El recorrido dura dos horas y se ameniza con la degustación de vinos, uvas, frutos secos, quesos y el tradicional mate argentino con tortitas. Ya de vuelta a la bodega, hay espacio para un tradicional almuerzo con empanadas, asado y vino.
Finalmente, en Maipú se realiza un paseo de 12 km. en bicicleta que recorre las bodegas La Rural, Carinae, Tempus Alba, Familia Di Tommaso y Viña el Cerno; y continúa con la visita a fábricas de licores y chocolates y de aceite de oliva.

En primera persona.
Del 15 de febrero al 15 de abril -época de cosecha- la bodega Familia Zuccardi invita a vivir la vendimia desde adentro. La bienvenida la brinda un tradicional desayuno, seguido de un tour guiado por la bodega y una degustación en el marco de los viñedos. Luego, y bajo supervisión profesional, se entrega a los visitantes las herramientas necesarias para convertirse en verdaderos cosechadores. Una vez que los racimos recolectados se incorporan a la elaboración del vino, comienza el reconfortante almuerzo regional en el restaurante de la bodega “La Casa del Visitante”.
Por su parte, la bodega boutique Altus lleva adelante cursos donde elaborar los platos regionales que conforman la carta de restaurante La Tupiña. Las clases la dictan chefs profesionales y lo realizado se disfruta en la Sala de los Fuegos junto con los vinos de la bodega.
Asimismo, en Club Tapiz y bajo el mando del chef Max Casa se desarrolla un curso sobre recetas argentinas, como carnes y verduras cocinadas en disco de arado, horno de barro o parrilla. Al finalizar el curso, los visitantes saborean su obra y los vinos Tapiz en el restaurante Terruño.

Una propuesta integral.
Hace más de 12 años Bodega López abrió sus puertas al turismo y planificó un programa integral para quienes se acerquen. Al llegar al lugar, la visita comienza con un video de su historia, las distintas formas de cosecha, el proceso de elaboración y añejamiento de los vinos y su embotellado. Seguidamente se conocen los lagares y la molienda, los tanques de acero inoxidable para fermentación, las prensas neumáticas y salas de añejamiento en grandes toneles.
Para los espumantes existe un recorrido diferencial diseñado para apreciar cómo se elaboran el Federico López Brut Nature -método champenoise-, el Montchenot Brut Nature, López Extra Brut y Mont Reims Brut -método charmat-.
Asimismo, las degustaciones verticales están pensadas para los amantes del vino especializados. Esta experiencia consiste en la catación de un mismo vino de distintas cosechas (añadas), donde se pueden evaluar la evolución del color, el aroma, el bouquet, el sabor y el cuerpo. La degustación está acompañada de una tabla de quesos e incluye una breve explicación sobre cómo degustar correctamente estos blends y las variedades que lo componen.
Finalmente, el restaurante López brinda una cocina llena de sabores pensados para combinarse con los vinos clásicos, varietales y champañas. En este espacio con vista a la casona se ofrece los Menues Casona López, Rincón Famoso e Infantil.

Relajación en el Norte.
En la región del noroeste se encuentra una de las zonas vitivinícolas más desarrolladas de Argentina. El prestigio de las bodegas de altura no sólo se debe a la calidad de sus vinos sino también a su oferta para el turismo en el segmento de alta gama.
En el caso de Patios de Cafayate Hotel & Spa invita a un acercamiento a sus viñedos en los valles Calchaquíes. Las antiguas tradiciones de este terruño tienen lugar en el Winespa del lugar y están puestas al servicio de la relajación, la salud, el placer y el rejuvenecimiento.
En sus tratamientos corporales y faciales emplea los beneficios de la uva para llegar a todos los sentidos. Las beneficiosas propiedades de la quinoa, el algarrobo, el cactus y el molle, se unen con la piel de la uva para revivir los tratamientos ancestrales de la antigua cultura calchaquí.
Además, Patios de Cafayate Hotel & Spa ofrece paquetes especiales para disfrutar la vendimia. Una opción que incluye tres noches de alojamiento, desayuno diario con delicias regionales, baño de vino torrontés, masaje relajante, cena degustación en el restaurante del hotel, visita a la finca con corte de uva, visita a la bodega El Esteco y participación de la vendimia.

Polo vitivinícola de Neuquén.
Para los amantes del vino, San Patricio del Chañar ofrece una variada oferta de chardonnay, malbec, merlot, cabernet sauvignon, pinot noir, cabernet franc y sauvignon blanc. Este polo vitivinícola está ubicado a 45 km. al norte de la capital provincial, a la vera del río Neuquén, y cuenta con varios de los más modernos establecimientos del país.
Tal es el caso de Bodega Del Fin del Mundo, que dispone de pintorescas pasarelas aéreas que le permiten al visitante conocer las instalaciones y culminar el paseo con una degustación de vinos. Además la bodega propone experimentar sus creaciones en otros espacios turísticos. Esta temporada llevó a cabo en el Cerro Bayo el ciclo de degustaciones “Tardes del Fin del Mundo”. Se trató de catas guiadas por la sommelier Alejandra González Vidal, acompañadas con música en vivo.
Por su parte, la bodega NQN cuenta con el restaurante Malma, donde se elaboran platos con productos patagónicos acompañados de una buena copa de vino y un amplio mirador que permite captar la belleza de los viñedos. Familia Schroeder tiene 110 ha. cultivadas donde se pueden apreciar restos fósiles. Mientras que Valle Perdido es un establecimiento diseñado integralmente para el disfrute por su espacio gastronómico y sus rincones dedicados la arte.

Un maridaje de exportación.
El mundo del vino ha traspasado las barreras de las bodegas y apuesta a estar ligado a actividades como el polo. Actualmente, este deporte es uno de los productos que exporta Argentina con éxito y está vinculado al vino. Por tal motivo, varios establecimientos vitivinícolas cuentan con una cancha o son patrocinadores de un equipo. Juntos conforman la pareja de moda que atrae cada vez más adeptos.
En Mendoza, Cheval Des Andes Vine Loft es un emprendimiento entre la bodega de Luján de Cuyo, Terrazas de Los Andes y Chateau Cheval Blanc; este espacio combina naturaleza, viñedos y una cancha de polo en altura. La misma se encuentra dentro de una finca de 35 ha. de viñedos de malbec, cabernet sauvignon, cabernet franc y petit verdot. Allí se organizan eventos de la bodega, partidos de exhibición, prácticas con los caballos para quienes saben cabalgar o en caballos de madera para practicar el “taqueo”.
Por su parte, Bodega del Fin del Mundo trabaja desde hace un año con La Dolfina, participando como patrocinador en diversos eventos. La bodega acerca sus vinos a los distintos torneos que se realizan tanto en Argentina como en Punta del Este -Uruguay-.

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