A partir del 29 de enero, el Museo Guggenheim Bilbao presenta "Bilbao y la pintura", una muestra patrocinada por Iberdrola que reúne una selección de pinturas realizadas por artistas que trabajaron en Bilbao a finales del siglo XIX y comienzos del XX, que habían viajado a París incorporando las ideas de modernidad del Impresionismo francés y las vanguardias en España.
Esta exposición representa y conceptualiza el trabajo de aquellos artistas que antes de la Guerra Civil Española habían viajado a París, tomando contacto con el impresionismo y representan, a través de grandes murales pictóricos, momentos muy diversos de la historia de Bilbao.
Los barcos comerciales en la ría y las terrazas dedicadas al ocio, la vida de los burgueses y los aldeanos, los remeros, la lucha y la muerte en el mar, los héroes del deporte, las faenas cotidianas en un puerto pesquero o las romerías en una anteiglesia vizcaína son las temáticas que desarrollan artistas como Adolfo Guiard, Ignacio Zuloaga, Anselmo Guinea, Manuel Losada y José Arrúe quienes despliegan las diversas panorámicas que componen el nuevo paisaje económico, social y urbano del Bilbao de finales del siglo XIX.
Artistas en el museo Guggenheim.
El mar es un tema recurrente en las pinturas de Bilbao en el cambio de siglo, que la mayoría de los artistas invocan con el afán de capturar su color y de reflejar su vital importancia para el comercio y la cultura de la ciudad. Ejemplo de ambos casos son El marino vasco Shanti Andía, el Temerario de Ramón Zubiaurre, que mira al horizonte en mitad de la galerna, o el tríptico Lírica y religión de Gustavo de Maeztu, que capta la conmoción popular por la muerte a la llegada de unos pescadores a tierra firme.
En cuanto al mundo rural, las pinturas reflejan escenas que van desde el aldeano que recoge la cosecha en La siega de Adolfo Guiard, en la que el verde de los campos se va transformando en ocres y amarillos, hasta el mundo de las reses y la fiesta en las pinturas de Francisco Iturrino, como Los garrochistas o Escena campera, o Fiesta en el campo; dos ejemplos contrapuestos del postimpresionismo y de la pintura fauve aprendidos en París e introducidos en España.
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