“Queridos hermanos y hermanas; he pensado a menudo en cómo la Iglesia puede poner más en evidencia su misión de ser testimonio de la misericordia. Es un camino que inicia con una conversión espiritual. Por esto he decidido convocar un Jubileo Extraordinario que coloque en el centro a la misericordia de Dios. Será un año santo de la Misericordia. Lo queremos vivir a la luz de la palabra del Señor: 'Seamos misericordiosos como el Padre'. Estoy convencido de que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos somos llamados a dar consuelo a cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo. Lo confiamos a partir de ahora a la Madre de la Misericordia para que dirija a nosotros su mirada y vele en nuestro camino.” Esas fueron las palabras con las que el papa Francisco anunció el Jubileo de la Misericordia en la basílica de San Pedro, en marzo pasado. Se trata de una celebración que se realiza durante el Año Santo Extraordinario para celebrar el 50º aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, profundizar en su implantación y situar en un lugar central a la Divina Misericordia, con el fortalecimiento de la confesión.
Jubileo de la Misericordia: un viaje de conversión espiritual
“¿Por qué hay un Jubileo de la Misericordia? Simplemente porque la Iglesia, en este momento de grandes cambios históricos, está llamada a ofrecer con mayor intensidad los signos de la presencia y de la cercanía de Dios. Es el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de la misión que el Señor le ha confiado el día de Pascua: ser signo e instrumento de la misericordia del Padre”, añadió Francisco.
UN AÑO SANTO.
La inauguración de este jubileo comenzó con la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, durante la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 2015.
Sin embargo, no fue la primera Puerta Santa que Francisco abrió con motivo del año de la misericordia: en su visita pastoral a la República Centroafricana, el 29 de noviembre pasado (nueve días antes del comienzo oficial), franqueó la de la Catedral de Nuestra Señora en la capital Bangui. Se trató de la primera Puerta Santa abierta por un Papa fuera de Roma.
Posteriormente, el 13 de diciembre hizo lo propio con las de la archibasílica de San Juan de Letrán y de la basílica de San Pablo Extramuros de Roma (y en todo el mundo se abrieron puertas santas en catedrales y basílicas), y el 1º de enero le llegó el turno a la de la basílica de Santa María la Mayor.
El Jubileo de la Misericordia concluirá el 20 de noviembre de 2016 con el cierre de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro (previamente, el 13 de noviembre se cerrarán todas las Puertas Santas, excepto la de San Pedro).
EVENTOS DESTACADOS.
Muchas son las actividades y eventos que se desarrollarán a lo largo del año en Roma y el Vaticano, muchos de ellos con la presencia del papa Francisco. A continuación, algunos de los encuentros más importantes:
• 4 de marzo: “24 horas para el Señor”, en la basílica de San Pedro, presidia por el papa Francisco.
• 1º de abril: “Jubileo de los devotos de la espiritualidad de la Divina Misericordia”, en la plaza de San Pedro.
• 23 de abril: “Jubileo de los adolescentes”.
• 5 de mayo: “Vigilia de oración para enjugar las lágrimas”, en la basílica de San Pedro, presidida por el papa Francisco.
• 27 de mayo: “Jubileo de los diáconos”, en la plaza de San Pedro.
• 1º de junio: “Jubileo de los sacerdotes”, en la plaza de San Pedro.
• 10 de junio: “Jubileo de los enfermos y de las personas con diversidad funcional”, en la plaza de San Pedro.
• 2 de septiembre: “Jubileo de los operarios y voluntarios de la misericordia, en la plaza de San Pedro.
• 23 de septiembre: “Jubileo de los catequistas”, en la plaza de San Pedro.
• 8 de octubre: “Jubileo Mariano”.
• 6 de noviembre: “Jubileo de los reclusos” en la basílica de San Pedro. Santa Misa con el papa Francisco.
• 13 de noviembre: “Clausura de las Puertas Santas en las basílicas de Roma y en las diócesis del mundo”.
• 20 de noviembre: “Clausura de la Puerta Santa de San Pedro”.
Cabe mencionar que para participar de los grandes eventos del Jubileo en Roma y pasar por la Puerta Santa de la basílica de San Pedro es necesario inscribirse en la web oficial del Jubileo, ya sea como peregrino individual o como responsable de un grupo, considerándose también como tal a las familias o pequeños grupos de amigos, sin importar el número de integrantes.
Además de ser el centro mundial del catolicismo y lugar de peregrinaje de los fieles cristianos, la Ciudad del Vaticano es el estado más pequeño del orbe, con apenas 4,4 km2.
En cuanto a la basílica de San Pedro, hay que saber que nada menos que Bramante, Rafael, Miguel Ángel, Sangallo y Maderno fueron algunos de los arquitectos que trabajaron en su construcción. Entre los tesoros que alberga sobresale la Cátedra de San Pedro, una de las obras mejor logradas de Bernini, quien también creó el baldaquino de bronce (material procedente del Panteón) que se ubica sobre la tumba del apóstol.
En la parte derecha de la nave central se encuentra la estatua de bronce de San Pedro, a la que todos los fieles se acercan para acariciar su pie izquierdo, pedir y agradecer.
Asimismo, en la primera capilla de la nave sur está La Piedad, escultura realizada por Miguel Ángel, la única completamente acabada y firmada por su autor. Él también fue el creador de la fastuosa cúpula de la basílica, desde cuya parte superior se obtiene una impactante vista panorámica de Roma y de la plaza de San Pedro. Ésta ostenta 244 columnas de travertino –alineadas en cuatro filas y coronadas por 140 estatuas de santos y mártires–, dispuestas como los brazos abiertos de la Iglesia hacia el mundo.
En el Vaticano también se visitan las Grutas Vaticanas –donde se encuentran las tumbas de los papas Pío XI, Pío XII, Pablo VI y Juan Pablo I–, la Necrópolis Vaticana –allí yace la tumba de Pedro–, los Jardines Vaticanos y el Museo del Tesoro de la Basílica, que alberga utensilios litúrgicos y objetos históricos.
Además, junto a la basílica se encuentran los Museos Vaticanos, sede de la Capilla Sixtina –y de un complejo museístico excepcional–, donde se realiza el cónclave para la elección de los Papas. Su valor artístico es inconmensurable: la bóveda fue pintada por Miguel Ángel, quien la subdividió en partes, con temas del Antiguo y Nuevo Testamento, y de la mitología clásica, destacándose las obras “La creación del hombre”, “La expulsión del Paraíso” y “La creación del sol y de la luna”. La pared del fondo de la capilla también es obra de él: allí puede apreciarse “El juicio universal”.
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