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Experiencias

Diez razones para visitar Río de Janeiro

Por sus características topográficas, la "cidade maravilhosa" está considerada entre las más bellas del mundo. Dueña de un desorden caprichoso, es cálida, alegre y ruidosa, aunque también profunda y mágica. Sus calles, ferias y bares siempre plenas de música y sabor,  impregnan los sentidos de cada viajero que la visita.

Playas. Son extensas y están protegidas por bahías o ensenadas. Copacabana, Leme, Ipanema y San Conrado son lugares de auge permanente. La zona de Barra de Tijuca es la que más desarrollo ha tenido en los últimos tiempos, destacándose Praia do Pepe, una de las playas top de Río. En Prainha se suelen reunir los amantes del surf, mientras que Grumari -rodeada por una reserva ecológica- es el punto de encuentro de quienes buscan tranquilidad.

Museo de Arte Contemporáneo. El MAC no está en Río, pero es de Río. Este "plato volador" diseñado por Oscar Niemeyer se sitúa en la vecina ciudad de Niterói, en el Mirante de Boa Viagem, una playa que tiene una imponente y poco conocida vista de la bahía de Guanabara. Fue inaugurado en 1996 a partir de la donación de un coleccionista particular, pero su fuerte son las muestras temporarias que suelen reunir obras de los mejores artistas plásticos de la actualidad. Martes a domingo de 10 a 18.

Compras. En Ipanema (Praça General Osório, domingos de 9 a 18), se levanta la Feria Hippie, un lugar apropiado para encontrar joyería, indumentaria, artesanía, pinturas y otros artículos de calidad a precios razonables. Para compras más "globalizadas" sobresale el Barra Shopping, uno de los complejos más grandes de América Latina. Cuenta con 577 tiendas, tres plazas de comidas, 19 salas de cine (una especial, con tecnología digital), 20 pistas de bowling y un parque de juegos cubierto de 2 mil m2 (Av. das Américas 466, Barra de Tijuca).

Bicisendas. Una saludable alternativa para conocer el litoral urbano que, por lo general, no es aprovechada por los turistas. Son vías de dos carriles que unen los sectores norte y sur a lo largo de 74 km. partiendo desde el centro, en la Marina da Glória, cerca del aeropuerto Santos Dumont. El trazado corre por las playas de Leblon, Flamengo, Botafogo, Copacabana e Ipanema, así como por la laguna Rodrigo de Freitas y la Barra de Tijuca. Se alquilan bicicletas.

Corcovado. En la cima de este cerro se levanta desde 1931 la estatua del Cristo Redentor, todo un símbolo de Río de Janeiro. Situado a 710 m. de altura, se accede por carretera o a través de un tren a cremallera que, tras dejar la añosa estación del barrio de Cosme Velho, se interna en medio de un exuberante bosque tropical. Durante la noche la iluminación artificial le otorga al Cristo de 30 metros uno de los mayores toques mágicos de la metrópoli.

Gastronomía. La cocina carioca es una mezcla de sabores, texturas y aromas heredados de los aborígenes, africanos y portugueses. En Ipanema, Casa da Feijoada es una buena recomendación para degustar platos típicos, especialmente la popular feijoada (Rua Prudente de Moraes 10-B). Marius Carnes es el rincón ideal para disfrutar del sistema "rodizio", donde -sin solución de continuidad- distintos cortes vacunos van llegando desde la parrilla en una espada (Av. Atlântica 290, Leme).

Arcos de Lapa. La obra de mayor envergadura que legaron los portugueses, consistente en un conjunto de arcos blancos, superpuestos al estilo de los acueductos romanos, que antiguamente abastecían de agua a la ciudad. Actualmente se lo emplea para que transite el "bondinho", un simpático tranvía que une Santa Teresa con lo que fuera el centro de vida nocturna del siglo XIX. Detrás de su estructura se eleva el cono truncado de la Catedral metropolitana de Río de Janeiro.

Iglesia de la Candelaria. El más renombrado de los templos tradicionales ocupa un predio privilegiado que en el pasado fue epicentro de la actividad política y que ahora permanece rodeado por el bullicio del distrito financiero. Aunque las obras finalizaron en 1775, esta iglesia fue reformada en repetidas oportunidades. De hecho, del proyecto original solo queda la fachada, la cual atesora unas pesadas puertas fundidas en bronce que fueron exhibidas en la Exposición Universal de París de 1889.

La noche. La ciudad posee de todo para los noctámbulos empedernidos, aunque los sitios que ofrecen música popular brasileña en vivo son los preferidos por los visitantes. En Vinicius (rua Vinicius de Morais 39, Ipanema) se escucha bossa nova y otros ritmos todas las noches, sin grandes nombres pero bien interpretados. Barril 8000 (Av. Sernambetiba 8000, al final de Barra de Tijuca), es otro bar clásico con bandas que no paran de tocar hasta entrada la madrugada. Solo dos ejemplos de una lista casi infinita.

Las islas. A la bahía de Guanabara tampoco le faltan islas. La de Paquetá, a la que se llega en ferry, se caracteriza por su condición ecologista, razón por la cual está prohibido el uso de automóviles. Por sus calles empedradas sólo circulan bicicletas y carros tirados por caballos. La isla Fiscal es famosa por su palacio en miniatura, donde se celebró el último gran baile del imperio (9 de noviembre de 1889), pocos días antes de la proclamación de la República.



TIPS DEL VIAJERO

Población: 6.040.183 habitantes (11.351.937 incluyendo la región metropolitana).
Corriente eléctrica: 110 voltios.
Huso horario: GMT -3 hs.
Propinas: lo usual es 10/15% en bares y restaurantes. En taxis, se suele redondear el importe final. Botones y aeropuerto, 1 real por cada maleta transportada.
Clima: subtropical, con una media anual de 19,4º C.
Informes: www.riodejaneiro-turismo.com.br.

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