En noviembre de 2003, Air France y British Airways desprogramaron el BAC Aerospatiale Concorde: el principal avión supersónico que operó en la historia de la aviación comercial. Qué mejor modo de homenajearlo, a dos décadas, que recordar el día en el que la aeronave se convirtió en la Heroina del Rock, volando como lo hacía habitualmente de Londres a Nueva York.
De Londres a Nueva York: Cuando el Concorde se transformó en el Héroe del Rock
Gracias al Concorde, Phil Collins voló el mismo día, en 1985, de Londres a Nueva York para actuar en los dos Live Aid.
En 1985, el Concorde ya no era novedad, había mostrado el producto de excelencia que podía ofrecer, pero también todo lo que su operación implicaba, en términos presupuestarios. British Airways (uno de los dos operadores, el otro fue Air France), había decidido en 1984 operar con él solo tres vuelos semanales de Londres a Miami, y mantener el vuelo diario de la capital británica a Nueva York.
Ese mismo año de 1985, fue muy positivo para Phil Collins. De hecho, ese año lanzó al mercado “No jacket required”, su tercer producción solista, que sería en retrospectiva, su álbum más vendido.
Los cuatro cortes de difusión del disco entraron en el Top 10, del Billboard Hot 100. Nos referimos a “Take me home”, “Don’t loose my number”, “One more night” y “Sussudio”. Estos últimos dos, incluso, llegaron al puesto número uno del ránking de la Billboard.
Aquél 13 de julio de 1985, el día del concierto Live Aid, los destinos de Phil Collins y del Concorde se cruzarían generando un verdadero hito.
A Nueva York, “against the odds”
Bob Geldorf, vocalista de The Boomtown Rats y gran artífice del concierto a beneficio de África, Live Aid, consiguió rápidamente el sí de Phil Collins y de Sting para participar. De hecho, ambos armaron un set compartido para tocar en el estadio londinense de Wembley.
Collins y Sting se habían conocido y compartido escenario un año antes, en 1981, en otro evento benéfico: el concierto “The secret policeman’s other balls”. Todo lo recaudado aquella velada, se destinó a Amnistía Internacional.
Pero poco tiempo después y con la idea de sumarse a la iniciativa benéfica, Robert Plant, vocalista de Led Zeppelin, habló con Phil Collins: la mítica banda de rock sería parte del line up del concierto que se llevaría a cabo, el mismo día, en el estadio John F. Kennedy de Filadelfia, Estados Unidos. Zeppelin se había separado cinco años antes, debido fundamentalmente a la muerte de su baterista, John “Bonzo” Bonham. Deseoso de sumarse a Live Aid, Zeppelin necesitaba un baterista y el candidato señalado fue Phil Collins.
En 1982, Rober Plant había lanzado su primer disco solista, “Pictures at Eleven” del que participó en la batería Phil Collins. Los músicos tejieron una buena relación y, de hecho, el exGénesis volvió colaborar con el exLed Zeppelin en su segundo trabajo solista, de 1983, “The principle of moments”. Por eso la elección de Collins, pareció casi natural.
Geldorf se enteró del entuerto y pergeñó la idea, en realidad, de que Phil Collins no deshiciera sus planes con Sting, en Londres, y a su vez, garantizara para el megaconcierto, la vuelta a los escenarios de la mítica Led Zeppelin. Y el único avión capaz de cumplir la hazaña, era el Concorde.
Volar a velocidad supersónica
El Concorde despegaba con sus cuatro motores Rolls-Royce/Snecma Olympus 593 operando a velocidad convencional. Trepaba a altura crucero, unos 18.300 metros, modificaba su nariz (para ser más aerodinámico) y llevaba la velocidad a Mach 2.2, es decir 2.410 km/h (dos veces la velocidad del sonido). Eso le permitía unir Europa y Estados Unidos en apenas tres horas y media, cuando el resto de los aviones de la época tardaban 8 horas.
El avión fue un desarrollo conjunto de diversas empresas aeronáuticas de Gran Bretaña y Francia. De hecho, muchos señalan al Concorde como la semilla de lo que luego sería la actual empresa Airbus, que justamente se edificó sobre la combinación de empresas aeronáuticas británicas y francesas, pero también italianas, españolas y alemanas. Los clientes del avión fueron, Air France y British Airways, y posteriormente otras dos empresas, la estadounidense Eastern y la asiática Singapore Airlines, alquilaron y operaron algunas unidades.
British compró siete unidades, la mitad del total fabricado, y aunque lo voló a diversos puntos, la Crisis del Petróleo de 1973 seguía ejerciendo sus efectos negativos sobre las aerolíneas en fechas tan tardías como mediados de los 80. Fue justamente el CEO de British de aquella época, Sir John King, quien producto del gran consumo de combustible que imponía el Concorde circunscribió sus operaciones a volar hacia Miami y hacia Nueva York, desde Londres.
Phil Collins fue uno de los 100 pasajeros que cruzaron el Atlántico a media tarde de ese 13 de julio de 1985.
Concierto en Wembley
Para lograr la hazaña, Geldorf modificó el lineup del Live Aid de Londres. De modo que fue temprano, entorno a las tres de la tarde, cuando comenzó el set de Sting/Collins.
El exvocalista de The Police subió con su guitarra para cantar de modo acústico “Roxanne”, “Driven to tears”, y “Message in a bottle”. Luego fue el turno de Collins, que al piano cantó “In the air tonight” y “Against all odds”. El tema es uno de sus megahits, banda de sonido del film romántico del mismo nombre, estrenado en 1984, que protagonizaran Rachel Ward, Jeff Bridges y James Woods, como vértices de un dramático triángulo amoroso.
Luego subieron al escenario ambos para interpretar un tema de cada uno en conjunto: “Long, long way to go”, de Collins, del álbum “No jacket required”; y el megahits de The Police, “Every breath to take”. Una curiosidad: para este último tema, ambos artistas tuvieron otra colaboración, subió a tocar al escenario con ambos, el saxofonista Branford Marsalis.
Tras bajarse del escenario y casi sin tiempo, Collins se trepó a un helicóptero que lo depositó en el aeropuerto de Heathrow, para embarcar en el Concorde.
Concierto en Filadelfia
La convocatoria de Plant a Collins fue tan repentina, que cuenta la leyenda urbana, que el exGénesis se pasó las tres horas del vuelo en Concorde, escuchando en un walkman las canciones de Led Zeppelin que debía tocar del otro lado del Atlántico, para aprender su parte.
El recorrido en Estados Unidos fue similar al del Reino Unido: del aeropuerto en un helicóptero hasta el estadio.
La hazaña, bien valía el reconocimiento, de modo que Phil Collins subió al escenario de Filadelfia, para volver a tocar al piano “In the air tonight” y “Against all odds”.
Además de su compromiso con Zeppelin, Collins volvió a subir al escenario, invitado por Eric Clapton. El exguitarrista de Cream, había participado en el álbum de lanzamiento de la carrera solista de Collins, “Face value”, poniendo su guitarra en los temas “The roof is leaking” y “If leaving me is easy”.
Con Collins en la batería, Clapton tocó “White room”, “She’s waiting” y su ultraclásico “Layla”.
Finalmente, Collins subió al escenario y hasta se dio el lujo de presentar a Led Zeppelin. La actuación no fue de las mejores. Muchos señalan que hubo problemas de sonido y desajustes varios, pero fue un momento memorable en la historia del Rock. Hicieron tres grandes clásicos: “Rock and Roll”, “Whole lotta love” y “Stairway to heaven”.
Led Zeppelin no volvió a crear nuevas canciones. Sí se publicaron varios discos compilatorios y con material inédito. Los tres sobrevivientes de la formación original (Robert Plant, Jimmy Page y John Paul Jones) se vieron las caras en varios conciertos y reuniones de homenaje, donde su subieron a varios músicos invitados. Por ejemplo, Jason Bonham, hijo del desaparecido Bonzo.
Phil Collins siguió su camino de éxito. Llegó a vender más de 150 millones de discos, ganar varios premios Grammy y hasta un Oscar, por el tema “You’ll by in my heart” (“Estarás en mi corazón”), de la película animada de Disney, “Tarzán”.
Y el Concorde, como vimos, continuó volando hasta noviembre de 2003.
En 1985, millones pudieron disfrutar de volver a ver a Led Zeppelin reunido. Eso fue posible gracias a Phil Collins y, en alguna medida, también gracias al Concorde.
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